martes, 4 de agosto de 2009

No por mucho madrugar...


-No me mires de esa manera, sabes que no lo hice para herirte, era por nuestro bien, seca tus lágrimas...


-Siempre dices lo mismo, siempre, me tienes harta!!
Ella corre desconsolada, sus lágrimas abandonan sus mejillas. Él la alcanza. La agarra por el brazo.
-Suéltame!!
-No, escúchame...espera un segundo...
[...]
...Te quiero...
- No sé ni por qué te hago caso...

-Será que aún me quieres...


Ambos se fundieron en un apasionado beso final, y se subieron a un taxi. Fin, títulos de crédito, música trascendental, aplausos. Yo rebusco en el fondo de mi bote de palomitas. Aire. Salgo de aquel cine de mala muerte y se pone a llover. Miro a mi alrededor a la gente correr, buscando cobijo. Todos son el más importante, las viejas se empujan entre si y nadie cede un palmo de suelo seco. Toda la educación, saber estar, principios morales, convenciones sociales...todo eso fluye hacia el primer sumidero a las primeras de cambio. La masa a veces resulta nauseabunda. Apuro lo que me queda de refresco. Hay días que es mejor no salir de casa...

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